La melatonina no es solo un suplemento, es una herramienta de prevención
La melatonina es una hormona natural producida por la glándula pineal, ubicada en el cerebro. Su función principal es regular el ciclo sueño-vigilia, también conocido como ritmo circadiano. Se libera principalmente por la noche, cuando la luz disminuye, y le indica al cuerpo que es momento de descansar. Este proceso permite que el organismo entre en un estado de reposo fisiológico que favorece tanto la recuperación física como el equilibrio mental.
La producción de melatonina aumenta al anochecer y disminuye con la luz del día, por eso se la conoce también como “la hormona de la oscuridad”. Cuando esta producción natural se ve alterada por factores como el estrés, el uso excesivo de pantallas, los cambios de horario o el jet lag, el descanso se resiente considerablemente.
La melatonina tiene diversos beneficios reconocidos. Su acción más conocida es la de regular el sueño y facilitar el descanso nocturno, ayudando a conciliar el sueño y a mantener un descanso profundo. También se utiliza para tratar el jet lag, ya que contribuye a reajustar el reloj biológico tras cambios de huso horario. En casos de insomnio leve o transitorio, especialmente en adultos mayores o personas bajo estrés, puede ofrecer una solución natural sin efectos adictivos.
Además, diversas investigaciones han señalado su utilidad como complemento en tratamientos neurológicos como migrañas, TDAH, Alzheimer o trastornos del espectro autista. Su acción antioxidante la convierte en una sustancia óptima a nivel celular, ya que ayuda a combatir el estrés oxidativo. Incluso se estudia su papel en la regulación del estado de ánimo y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
La Organización Mundial de la Salud considera la melatonina una opción válida dentro del abordaje del insomnio leve, siempre que su uso esté supervisado por un profesional sanitario. Además, se incluye dentro de su enfoque de medicina preventiva y autocuidado, señalando que debe combinarse siempre con buenos hábitos de higiene del sueño y no recurrirse a ella como único recurso ante problemas persistentes.
Los suplementos de melatonina se han popularizado como una ayuda natural para dormir mejor. Son especialmente útiles en casos de dificultad para conciliar el sueño, cambios de turno, jet lag o en personas mayores que producen menos melatonina de forma natural. A diferencia de muchos somníferos, la melatonina no genera dependencia y respeta los ciclos naturales del sueño. Sin embargo, su uso debe ser puntual, controlado y bajo indicación médica. No debe emplearse durante el embarazo, la lactancia ni en personas con alteraciones hormonales sin valoración previa.
Para mantener estable la producción natural de melatonina, se recomienda:
- Reducir el uso de pantallas una o dos horas antes de dormir.
- Establecer horarios regulares para acostarse y levantarse.
- Procurar que el dormitorio sea oscuro, silencioso y libre de estímulos.
- Evitar cenas copiosas y estimulantes como cafeína o alcohol por la noche.
- Realizar actividades relajantes antes de dormir, como leer o escuchar música suave.
- Tomar el sol por la mañana, ya que la luz natural ayuda a regular el reloj interno.
En resumen, la melatonina es una herramienta terapéutica con respaldo científico que, bien utilizada, puede mejorar el bienestar general, la salud del sueño y la calidad de vida. Alejada de su imagen superficial, forma parte de una estrategia de autocuidado y prevención que debe estar guiada por profesionales cualificados.